Es en estos tempestuosos vientos cruzados de protesta pacífica y violencia cuando los líderes y las instituciones deben ser capaces de salvar el país
No conozco personalmente a Dolly Montoya Castaño, la rectora de la Universidad Nacional, que siendo pública, es la más importante del país por su tamaño, desarrollo científico y calidad educativa.
Es impresionante su hoja de vida. Nació en Pereira el 25 de mayo de 1948 (que, como todos los de su generación, somos hijos del Estado de Sitio).
Sus estudios básicos los hizo en el Gimnasio Pereira y luego estudió Química Farmacéutica en la Nacional. En medio del ejercicio de la docencia cumplió el periplo perfecto del pregrado, especialización, magíster, doctorado y post doctorado.
Madre y esposa, la doctora Montoya vive para la docencia y la ciencia logrando su magíster en Ciencias Biomédicas en la UNAM, el Ph.D con tesis laureada en Ciencias Naturales en la Universidad Técnica de Múnich y el post doctorado sobre Genética en el Médical College de Nueva York.
Le alcanzó el entusiasmo para fundar el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional y pertenecer a organizaciones en esas áreas del saber, del que en Risaralda sabemos poco pero deberíamos saber mucho más, siendo la Biotecnología en uno de los siete pilares del Plan de Desarrollo Departamental de Ciencia, Innovación y Tecnología del que participan más de cien instituciones locales.
La semana pasada escuché las profundas opiniones de la doctora Montoya en torno a la grave situación actual del país, en el sereno, reflexivo y propositivo diálogo promovido por el programa Hora 20 de Diana Calderón en Caracol radio, con los rectores de las universidades Norte, Los Andes, Valle, Rosario, Eafit, entre otras.
Ella y sus colegas formularon sus preocupaciones sobre este impactante fenómeno que representan la voz y la actitud rebelde y de protesta de la juventud, en el entendido de que, en medio del maremágnum, desorden institucional, marchas, vandalismo, bloqueos, muertes y las exigencias de oportunidades, el gran desafío ya no es solo para el gobierno.
De ese programa de Caracol, se puede deducir que los rectores -según las encuestas a los jóvenes- para éstos, su mayor confianza y credibilidad (84%) está en las universidades. En esta coyuntura histórica, el papel de éstas, no puede ser más comprometedor, exigente y desafiante.
En estos tempestuosos vientos cruzados de protesta pacífica y violencia, es cuando los líderes y las instituciones deben ser capaces de salvar el país.
De tiempo atrás se venía observando el relajamiento moral de los liderazgos, la polarización absurda, el crecimiento de la pobreza, la corrupción desbordada y el deterioro institucional del país, pero si la muchachada cree en el conocimiento, tiene confianza en las Universidades y en personas como la doctora Dolly Montoya Castaño, no todo está perdido.
Fuente: Luis García Quiroga - Director de Comunicaciones de Unilibre Pereira