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La historia del colombiano que ganó una beca en la mejor universidad del mundo

Se llama Felipe Suárez y en unos meses volará a Estados Unidos para estudiar en el MIT. Con su testimonio quiere demostrar que el hecho de ser colombiano no es un impedimento para formarse en las mejores instituciones del planeta.

Cada vez son más los colombianos que, gracias a su buen desempeño académico, consiguen matricularse en las universidades más importantes del mundo con beca incluida. Ellos son la prueba de que con talento, esfuerzo y determinación todo se puede. 

Una de ellas es Carolina Ortega, que este año comenzará a estudiar becada en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), considera desde 2012 como la mejor institución de educación superior del planeta por el Ranking QS. 

La joven bogotana no estará sola. Pues Felipe Suárez, un cartagenero de 24 años, criado en la capital del país, la acompañará en este proceso. Él es el último colombiano en ser admitido en el MIT, donde empezará a estudiar en septiembre un doctorado en Matemáticas. También becado. 

Suárez estudió Ingeniería Electrónica y Matemática en la Universidad de los Andes y se graduó el año pasado en ambas carreras con grados summa cum laude y cum laude, respectivamente. Su promedio acumulado fue de 4,8 sobre 5 en ambas carreras. 

Para muchos lo que él ha conseguido es una proeza, pero el joven lo define como algo normal. “Yo no me imaginaba entrar becado a esta universidad. Pero estoy seguro de que si uno hace las cosas con dedicación y esfuerzo se puede llegar muy lejos. No se necesita estar dotado de un gran intelecto, se trata de meterle empeño. En Colombia hay muchos talentos, grandes profesores y ayudas para salir al exterior”, cuenta Felipe. 

No se trata de falsa modestia o de una típica frase para quedar bien. Felipe, que se define como un chico como cualquier otro, no quiere magnificar lo que está sucediendo en su vida. Es tímido, de pocas palabras, y piensa dos veces lo que va a decir antes de decirlo. Además, se pone nervioso cuando le hacen muchas preguntas. 

Sin embargo, su personalidad se transforma cuando le exponen el tema que le apasiona: el de la Matemática. Los ojos se le iluminan y habla con toda la propiedad y conocimiento del caso. “Las Matemáticas son la base de todo. Me gustan desde el colegio, cuando empecé a participar en diferentes olimpiadas. Por eso me dediqué a estudiarlas. Pero nunca imaginé que llegaría a estudiar en el MIT. Apliqué también para otras universidades como Stanford y Cornell. Finalmente opté por el MIT por su trayectoria en Matemáticas, por los profesores que tiene y a los que he seguido desde hace años y por el ambiente de la ciudad de Cambridge, donde está localizada la universidad”, relata. 


Cuando ser estudioso tiene su recompensa 

Felipe empezará a estudiar en el MIT gracias a la beca que entregó este año por primera vez la Fundación Mario Santo Domingo (Fmsd) con el objetivo de apoyar la formación de un joven colombiano que demostrara excelencia académica en las áreas de Ingeniería, Ciencia, Ciencias Aplicadas, Arquitectura y Planeación Urbana.  

La primera condición para participar en el proceso de selección fue la de ser admitido en una universidad extranjera. Felipe lo consiguió. Luego, fue objeto de una exhaustiva evaluación en la que se logró imponer entre otros tres colombianos que también optaban a la beca. Entre otros logros, le ayudó el haber trabajado como profesor asistente e investigador durante su periodo universitario. 

El monto de la ayuda que le brindará la fundación el primer año asciende a 30.000 dólares (90 millones de pesos colombianos) por gastos de manutención y que podrá ser renovada si Felipe demuestra buenos resultados académicos en los años venideros. El MIT, por su parte, financiará la matrícula durante su primer periodo. Después, el joven aspira a conseguir otras ayudas que le permitan hacer frente al desembolso astronómico que supone estudiar en una de las mejores universidades del mundo que, además, ha visto pasar a 78 premios Nobel por sus pasillos.  

En su extensa hoja de vida estudiantil, también se incluye su participación en un proyecto para analizar los acuerdos de paz usando Matemáticas aplicadas y algoritmos. “Utilizamos herramientas del procesamiento del lenguaje natural, que es un área muy activa en machine learning, para extraer información de corpus de texto grande. Esto quiere decir que cuando uno tiene muchos datos puede aplicar algoritmos para extraer información de esos datos de forma semiautomática. Nosotros lo que hicimos fue juntar varios algoritmos para resumir, por un lado, y para buscar relaciones semánticas entre diferentes términos”, explica Suárez.  

En otras palabras, esta herramienta permitía a una persona interesada en un tema o término específico de los acuerdos de paz entre el gobierno y las Farc, encontrarlo gracias a la creación de un algoritmos que relacionaba palabras de manera semántica.  


Y después, ¿qué? 

El doctorado que hará Felipe tiene una duración aproximada de cinco años. Todavía no sabe a ciencia cierta qué hará una vez tenga su título de doctor en mano, pero cree que volver al país es una buena opción para aplicar los conocimientos que adquiera. “Uno siempre oye en las familias que si uno escoge esta carrera va a morirse de hambre o quedarse como profesor de colegio. En primer lugar, los matemáticos no nos morimos de hambre y luego, no tiene nada de malo ser profesor de colegio”, relata.  

Como explica el joven, las Matemáticas son cruciales para el desarrollo económico y el progreso técnico de un país. Son la base de la investigación de vanguardia y de la inversión.”No hay que ver las Matemáticas como algo aburrido o de nerds. Son algo muy bonito y se aplica en todo. Puede que los números parezcan complejo pero en realidad son algo verdaderamente simple”, concluye Suárez.

Fuente: semana.com


Fecha: 19 de Julio de 2017
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