Por James Fonseca M.
Con ligeras variaciones anuales, es indudable que un porcentaje importante de los estudiantes colombianos que provienen de estratos socioeconómicos débiles tiene evidentes deficiencias básicas de competencias y conocimientos. Esta situación no solo les afecta negativamente como individuos, sino que daña a todas sus comunidades en sus capacidades de desarrollo conjunto.
Aunque es un problema nacional, las posibilidades de una solución en la misma escala son remotas, pues pasan por las dificultades fiscales del Estado, la falta de voluntad política y la priorización inadecuada de las necesidades sociales, un conjunto de situaciones que obstaculiza enfrentar el problema concreto de mejorar la calidad de la educación en las poblaciones vulnerables.
aplicación sectorizada y juiciosa de recursos, no solo económicos, sino también humanos y técnicos, lo que sólo se puede dar cuando se reúnen dos circunstancias: La capacidad de un gobernante prever el desastre social que puede generar la prolongación de las dificultades educativas en el tiempo y la capacidad de disponer de los recursos necesarios para revertir la situación, mediante un proceso cuyos resultados sólo son medibles a largo plazo.
Un remedio que permitiría obtener importantes avances en ese mejoramiento circunscrito a poblaciones específicas es el Círculo Virtuoso Educativo que consiste en conjunto de prácticas y condiciones que se refuerzan mutuamente para crear un ambiente de mejora continua en la educación.
Parte de la idea que acciones positivas producen resultados que a su vez estimulan más acciones positivas. Por ejemplo, la implantación de métodos educativos de vanguardia en una Institución Educativa obliga a actualizar a sus docentes, lo que debe producir un aprendizaje más efectivo de los estudiantes, lo que se facilita aprendizajes futuros de los mismos estudiantes y estimula el deseo de permanecer en las aulas, lo que debe anular en buena parte la deserción.
El proceso “Sociedad en Movimiento”, una alianza de las Universidades que tienen presencia en Risaralda, encaminada a generar una sociedad y una economía basadas en el conocimiento promueve el programa “Círculo Virtuoso” enfocado en proporcionar una educación de calidad, rodeada de buena nutrición y apoyo familiar, comenzando desde la primera infancia. El programa es la aplicación práctica de varios descubrimientos, respaldados en estudios y análisis estadísticos de la mayor seriedad.
La Oficina Internacional de Educación de la UNESCO anotó que, de acuerdo con los trabajos de Benjamin Bloom, Doctor en Educación de la Universidad de Chicago, difundidos en 1964, la mitad del potencial de desarrollo intelectual queda establecido a la edad de cuatro años y las investigaciones de Glem Doman, un neurólogo, también estadounidense, revelaron que la mayoría de las conexiones cerebrales se producen hasta los seis años de vida y en ellas se fundamentará todo aprendizaje futuro.
Una publicación de la OEA y el Banco Mundial, titulada “Justificación de la Intervención Temprana” cita un informe de la “Carnegie Task Force”, que, entre otras conclusiones anota: «(…) La influencia que ejerce el ambiente de los primeros años en el desarrollo del cerebro es perdurable. Hay pruebas considerables que indican que los lactantes expuestos a buena nutrición, juguetes y compañeros de juego tenían una mejor función cerebral cuantificable a los doce años que los criados en un ambiente menos estimulante. (…)»
