Jaime Cortés Díaz Columnista
El alcalde Gallo siendo candidato, firmó en 2015 el Pacto Cívico y Social en el que prometió participación ciudadana, transparencia, políticas públicas y proyectos transversales, entre otros, con metas concretas a cumplir. Dentro de las distintas áreas se encuentra para reemplazar el programa Pereira Innova, la Política Pública de Competitividad en cuyo proyecto ha venido trabajando un equipo de importantes gestores convocado por la administración local, para que de tal manera se armonice y concrete la promesa electoral como un instrumento permanente que asegure su ejercicio más allá de un período nacido de una liza partidista. Se afincó más este propósito cuando no hace mucho se creó la Secretaria de Desarrollo Económico y Competitividad para que se canalizará lo relativo a Ciencia, Tecnología e Innovación y la capacitación que contemple la diversidad social y económica, el fomento del empleo que se hizo para bajar la vergonzosa tasa del primer lugar en desocupación del 24% al 8.3%, según el DANE. Se creó en esa estrategia más de 17 mil puestos productivos, se fortalecieron más de 480 microempresas y nacieron otras, gracias a los complementos productivos. 15.000 personas estuvieron en procesos de apropiación social del conocimiento; 1.600 para el trabajo de las CEDE; ampliación del uso de las TICs y certificación de alrededor de 3.100 empresarios en manejo digital. Se crearon medios operativos en convenio Alcaldía y Cámara de Comercio para atraer inversiones por medio de Invest In Pereira y la ejecución de eventos nacionales e internacionales de gran trascendencia por Convention Bureau. Esto y más cosas, están en peligro incluyendo la Red de Nodos que se había asegurado como puntal para los distintos planes de desarrollo, con una infraestructura tecnológica calificada como una de las más modernas del país; el aterrizaje de empresas extranjeras en la urbe. El establecimiento del Centro de Formación y Desarrollo (CIDC) que ha favorecido la implantación de nuevos modelos basados en tecnología de punta. Otra fuente en riesgo es el Programa de Apoyo al Desarrollo Empresarial (PADE) para optar por concurso demostrativo a fondos dedicados a la ampliación de instalaciones y mercados.
Para ir entendiendo es bueno saber que Pereira ha sido reconocida por entes del país, junto con Risaralda, de ser líder en competitividad y gracias a que desde el año 2011 el Concejo a instancias del Alcalde aprobó el Acuerdo No 71 de 2010 y expidió el decreto reglamentario 955 del 2011 disponiendo para estos fines el 3% del presupuesto de libre destinación proveniente de los impuestos predial e industria y comercio, cifra que equivale hoy a seis mil millones de pesos que en el Plan de Desarrollo actual se conoce con el nombre ya dicho de Pereira Innova, el cual está próximo a fenecer por terminación del periodo constitucional y, en consecuencia, para su nueva dimensión y futuro mediante otro Acuerdo se proyecta o proyectaba (ya ciertamente no se sabe) la instauración de la Política Pública Municipal de Competitividad. ¿Qué ha pasado? En primer lugar un mal manejo de la titular del despacho de Desarrollo Económico quien ha desconocido a los actores sociales, empresariales, académicos, gremiales, al ignorar el envío oportuno del documento central, en razón de que ellos han participado en la previsión de sus horizontes y metas. Lo mismo que la no convocación suficiente para poder asistir al debate en el Concejo, sesión que fue ambigua a pesar de los esfuerzos de los cabildantes. El doctor Gallo ante la afirmación de funcionarios de la Secretaria de Hacienda, de ser ilegal la financiación de la Política mencionada con recursos provenientes de libre disposición, sin que ello se haya sustentado, lo ha maniatado. De ser real el aserto, existen alternativas de fuentes tal como la explorada por el Concejal Carlos Hernán Muñoz y el ponente Carlos Mario Gil, en el sentido de dotarla con otros rubros presupuestales pero no inferiores a los de la vigencia presente. ¿Qué pasará, señor Alcalde, ante el desgano de sus subalternos? La competitividad merece atención.
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